Hilda Aguirre, la bella actriz que renunció a la actuación por las secuelas de un terrible accidente

Hilda Aguirre en el 2009/Vía Agencia México
Hilda Aguirre en el 2009/Vía Agencia México

A diferencia de otras primeras actrices que quieren morir en los escenarios, Hilda Aguirre se mantiene lejos de la actuación y no piensa volver. No desea verse mal ante el público y también siente que se ha apagado su motivación.

La propia actriz confiesa que se siente insegura para aparecer ante las cámaras. Con 75 años está en óptimas condiciones para continuar actuando, pero en el plano emocional está afectada por las secuelas que le dejaron en el rostro las cirugías a las que debió someterse como consecuencia de un accidente automovilístico.

"Yo ya no trabajo desde hace mucho tiempo porque tuve un accidente automovilístico. Me rompí la cara en nueve pedazos, la nariz se me despegó, el ojo se me despegó. Llevo 9 operaciones. Extraño todo", comentó en entrevista con Eden Dorantes.

Fue en agosto de 1986 que Hilda Aguirre y su esposo, Mariano González Zarur, exgobernador de Tlaxcala, tuvieron un accidente cuando viajaban en la carretera México-Puebla. Era de madrugada. Su automóvil impactó contra un camión y el choque causó severas lesiones en el rostro de la actriz, que tuvieron que reconstruirle por desprendimientos y fracturas.

En primera instancia se sometió a cinco cirugías. Una consistió en instalar una prótesis de pómulo. Después de llevar a cabo el período de recuperación recomendado por los médicos, ella retornó al cine con películas como Pasaporte a la muerte (Ismael Rodríguez Jr., 1988) y a la televisión con telenovelas como Dulce desafío (1988-1989).

Todo transcurrió con normalidad hasta octubre de 2015, año en que tuvo que volver a ponerse en manos de un cirujano porque la prótesis se malogró. Desde aquella operación, la actriz se sometió a otras 7 intervenciones quirúrgicas en un lapso de cinco meses debido al riesgo de los daños secundarios.

"Me dijo mi doctor que nadie se inyecte nada. Cuando me puse la prótesis no sabíamos los efectos que iba a tener eso. Yo les aconsejo que quienes se quieran poner prótesis en donde quieran, que no se las pongan porque después de 12 ó 15 años se te pudre todo por dentro. Eso fue lo que me pasó, a mí me pusieron la prótesis en el pómulo después del accidente, no fue por una cuestión estética, sino reconstructiva", declaró al diario Reforma en ese entonces.

Posteriormente fueron dos operaciones más. El propósito primario era salvar su rostro, tanto en los tejidos del interior como la piel al exterior. Uno de los estragos fue una ligera deformación del ojo izquierdo. Sin embargo, para Hilda Aguirre es un motivo de malestar que la ha llenado de inseguridad.

"No me interesa volver a trabajar porque no me siento segura. (Le tengo miedo) a verme mal. Miren cómo tengo el ojo, es una desesperación, y no me van a contratar llevando lentes (oscuros) todo el día", dijo a Eden Dorantes.

Sin embargo, la actriz sí se mantiene activa en sus redes sociales y tampoco se niega a ofrecer entrevistas. Y por su activismo sindical dentro del gremio artístico, se lanzó en planilla junto al comediante Memo Ríos para encabezar el comité de Honor y Justicia de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).

Pero si se trata de volver a colocarse frente a una cámara de cine o televisión, se niega.

Aquel accidente de 1986 cambió por completo su vida. Fue un hecho que paulatinamente la retiró. Convencida de que no piensa retornar a foros y sets, Hilda Aguirre opta por dejar como legado los recuerdos de su trayectoria, tal como fue el boom son Sor Ye-Yé en 1968, papel que la catapultó al estrellato como la monja que asiste a un concurso de canto para evitar el cierre del convento.

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